Tras una larga lucha, murió el primer hombre autorizado a recibir la eutanasia en Colombia
En las últimas horas del viernes, Víctor Escobar falleció finalmente gracias a que pudo recibir la eutanasia. Tenía 60 años y padecía varias enfermedades, entre ellas la EPOC.
La historia de Víctor Escobar supo recorrer el mundo. El colombiano de 60 años había pedido la eutanasia tras padecer una serie de enfermedades, entre ellas la pulmonar obstructiva crónica (EPOC), diabetes e hipertensión, y finalmente se la otorgaron.
De esta manera, el viernes 7 la recibió y en las últimas horas su abogado Luis Giraldo Montenegro anunció que murió. “Acaba de descansar del dolor”, expresó.
Escobar, quien apenas podía hablar y movilizarse, había sido autorizado en julio para obtener la eutanasia gracias a un fallo histórico de la Corte Constitucional colombiana ya que ninguna de sus enfermedades era terminal. De esta manera, modificó la figura de “homicidio por piedad” que contempla el Código Penal y que podía llegar a otorgar hasta 54 meses de cárcel.
En una de sus últimas declaraciones había dicho: “Siento una tranquilidad inmensa, no siento temor a lo que está por venir”. Fue así que alrededor de las 23:30 del viernes falleció en una clínica de Cali. “Víctor acaba de lograrlo. Acaba de descansar del dolor. Dios tendrá misericordia de él”, informó su abogado en su cuenta de Twitter, y le expresó: “Eres un guerrero”.
En cuanto al proceso que se le otorgó, Escobar había explicado que lo sedarían de manera lenta “para que tenga tiempo de ir despidiéndose”: “Después es la inyección de la eutanasia, que va a ser algo sin dolor, una muerte muy tranquila”, mencionó.
A su vez, había celebrado: “Se logró llegar al objetivo de que pacientes como yo (…) llegáramos a ganar esta batalla, que abre las puertas para los demás pacientes que vienen detrás de mí y que, en estos momentos, desean una muerte digna”.
La historia de Víctor Escobar
Además de padecer EPOC, diabetes e hipertensión, Víctor tenía artrosis severa y el síndrome de la articulación condrocostal. Además, en 2008 le agarraron dos accidentes cerebrovasculares que lo habían dejado con la mitad del cuerpo inmóvil. Para respirar, dependía de oxígeno y en los últimos tiempos ninguna terapia podía aliviar su dolor.